Adam Osidis y los Mosak tienen que viajar a través de un pantano, en el que nadie muere de verdad, para entregar al Rey de Lodo a la única fuerza capaz de liberar al mundo de Zhal. Aunque los susurros del Rey de Lodo hicieron que Adam y su familia fueran odiados en todo Zhal, cuando el tirano le ofrezca a Adam y a su familia una solución a todos sus problemas, ¿mantendrá firmes sus principios o los traicionará? Sobre todo, después de saber que no hay villanos completos ni héroes perfectos y que, aunque las dudas permanezcan, las apariencias siempre engañan.