Mientras Ryu, con su espada de madera, y sus amigos siguen en busca de su lugar favorito, se encuentran con un boliche abandonado. Allí los espera un espíritu rencoroso, lleno de un odio que ha cultivado durante 600 años y que pondrá en peligro a Yoh, Manta, Ryu y hasta al mismo Amidamaru.