Philomela deja de rezar sus plegarias para extender su mano. Lizbeth se convierte en una especie de amalgama de la obsesión fusionada con el grimorio. Adam es una maldición para matar a su madre. Con el elenco al completo en medio de la confusión, se aparece de nuevo la diosa Morrigan para ponerle el punto final a la historia de esta familia.