El Lotus Espirit, uno de los vehículos más emblemáticos de la rama Q, que aparece en "La espía que me amó", es capaz de conducirse tanto en tierra como bajo el agua, transformándose en un submarino en cuestión de segundos. Armado con una serie de artilugios, incluidos misiles tierra-aire, el versátil Lotus hace un memorable regreso a tierra entre una playa repleta de atónitos bañistas. El sumergible Lotus Espirit se materializó en la pantalla en "La espía que me amó" a través de fotografías de efectos especiales en miniatura y la construcción de una encarnación operativa de tamaño real, construida por ingenieros marinos con sede en Florida. El submarino se formó a partir de una carrocería Espirit suministrada por Lotus, con la adición de cuatro unidades de hélice, tanques de lastre y energía proporcionada por baterías selladas en un compartimento hermético. Durante el rodaje en las aguas cristalinas de las Bahamas, la embarcación fue operada desde dentro por un ex SEAL de la Marina vestido con equipo completo de buceo.